¿Qué podría decirse de Londres que no se haya dicho ya?. Es una ciudad ENORME, cosmopolita, fascinante y llena de multitud de cosas por hacer, ver y visitar. Sin embargo, sabemos que no es económica y visitar todos esos sitios puede implicar un gasto importante.

Mi primera visita a esta metrópolis fue hace cerca de 4 años, un viaje fugaz lleno de mucha caminata, improvisación y una cantidad de recomendaciones que iban ampliando mi lista de pendientes y probando cuan fugaz y corto era mi viaje.

Para esta segunda ocasión me mentalicé, iría en modo turista 100%. Preparé un itinerario para cada día, variaciones de ese itinerario por si debía cambiar de planes a último minuto y variaciones de las variaciones; el móvil siempre cargado y el cargador en la mochila y todas las comidas serían en el Tesco, porque la agenda ya era bastante apretada.

Indagando lugares, referencias, recomendaciones y, sobre todo, cómo economizar las muchas visitas que quería hacer, encontré la London Pass. Al momento de la organización me pareció una idea estupenda, en su página web y en el “folleto” que envían London Eye, Churchill War Rooms, Buckingham Palace, Shakespeare’s Globe y Westminster Parliament estaban incluidos. Pero, ahora que ya he podido disfrutar de sus beneficios, ¿fue la mejor decisión? ¿vale realmente la pena adquirirla?.

Te cuento mi experiencia y dejo que tu misma/o saques tus conclusiones.

Para este viaje éramos tres personas y optamos por adquirir el pase de un día, el coste del mismo es de 89£ pero nos aplicaron un descuento y terminó saliendo 72£ por persona.

Durante el proceso de organización, consulté varias veces la web de Go City (proveedores de London Pass) y la App en busca de los lugares más atractivos, información que fuese útil y a tener en cuenta, horarios y todo lo que pudiese necesitar durante las visitas. Después de una ardua preparación, así quedó el itinerario:

Llegó el día. Ya bañados, comidos y vestidos como gente decente, nos pusimos en marcha hacía la Abadía de Westminster donde encontramos nuestro primer obstáculo. Si bien el coste de la entrada está incluido en el pase, no estás exenta/o de la fila. En nuestro caso llegamos a eso de las 9.45am y tuvimos un tiempo de espera de 40min. Nada de avanzar o saltarse la fila solo por tener el pase.

El recorrido en la Abadía fue de casi hora y media y al salir ya no alcanzábamos a llegar al tour del Shakespeare’s Globe dado que las visitas son a las 10.00, 11.00 y 12.00. Aunque, por algún motivo, revisamos la página del teatro y aparecieron 2 nuevos horarios, uno a las 11.30 y otro a las 17.00.

Reorganizamos el itinerario y decidimos dejar esa visita para las 17.00, antes de The Shard.

Teniendo en cuenta lo agradable que estaba el día y lo cerca que estábamos del London Eye, nos pusimos nuevamente en marcha para toparnos con nuestra segunda sorpresa, este NO está incluido en el pase. 😡

Poco a poco el disgusto iba en aumento, lo que contraté y lo que estaba recibiendo no eran lo mismo.

Desde el centro de la ciudad hasta El ArcelorMittal Orbit hay no menos de 40min., ya veniamos con algo de dudas por los tiempos de desplazamiento, así que desistimos de ir, además debíamos pagar 5£ adicionales si queríamos lanzarnos por el tobogán, el pase solo incluye el mirador.

Un poco frustrados, pusimos rumbo al Churchill War Rooms, la única visita fija en todos y cada uno de los itinerarios sin importar los contratiempos que surgieran. Pese a mi organización y las veces que revisé la web y también la app, no contaba con encontrar un cartel, en plena entrada al museo, donde informaban que NO ACEPTAN LONDON PASS.

Ya no era solo disgusto. Me sentía estafada, frustrada, sin ganas de hacer nada y deseosa de que me devolvieran mi dinero. Pero, mis acompañantes, mucho más serenos que yo, consideraron que la única opción viable en ese momento era amortizar lo que habíamos pagado.

Con un nuevo plan, nos dirigimos a pillar el Uber Boat, a los pies del London Eye (ahí hay una parada). Puedes pasar directo hasta el muelle de embarque si usas la London Pass, Oyster o tarjeta de débito/crédito.

La London Pass te la escanearán mientras estás en la fila y si tienes tarjeta de crédito/débito deberás pasarla por las máquinas habilitadas, el mismo procedimiento aplica si vas a usar la Oyster. Es importantísimo hacer la validación de la tarjeta de crédito/débito u Oyster, tanto al subir como al bajar de lo contrario se te cobrará la tarifa más alta.

A diferencia de otras embarcaciones, orientadas al turismo en el Río Támesis, con asientos y espacios abiertos para disfrutar de las vistas y poder fotografiar y admirar los puntos de interés, el Uber Boat me pareció un “bus” que te cruza de un extremo del río al otro. Es todo cerrado y los pocos asientos en un espacio «abierto» se encuentran en la parte trasera del mismo.

Al momento de subir a la embarcación planeábamos recorrer un poco el río, pero una de las paradas era en el Tower Bridge. Nos bajamos ahí y nuevamente a hacer fila, por suerte fue una espera breve, aunque seguro era para compensar los casi 200 escalones que subimos.

La visita al Tower Bridge es corta, unos 20 minutos si vas por tu cuenta y unos 40 minutos si haces la visita guiada. El Puente de la Torre tiene una pequeña parte, con un piso de cristal, en la que se pueden hacer fotos muy chulas, aunque da un poco de vértigo. Una vez sales, puedes dirigirte a la sala de motores, solo deberás seguir las indicaciones del personal.

Al culminar el recorrido aún teníamos varias horas por delante y decidimos pasarnos a la Torre de Londres donde, si bien hay que hacer fila (la misma para todos los mortales), a la hora que fuimos la espera fue tan breve que entramos de inmediato.

Ya dentro, pensamos en pasear por el recinto por nuestra cuenta, pero justo en la entrada había un pequeño cartel que anunciaba un tour guiado a punto de empezar, en solo 3 minutos, así que esperamos, y en el peor de los casos continuábamos la visita por libre.

El recorrido es de una hora, lo hace un pintoresco personaje que, no sólo trabaja sino que también vive allí. Lo que más me gustó es que vas aprendiendo un pedacito de la historia entre bromas y risas. Sin duda un súper recomendado, por mi parte, si planeas visitar la Tower of London.

Ya terminado el tour puedes quedarte y visitar el resto de torres. En una de ellas podrás admirar las joyas de la corona sólo que para esto último deberás… ¡Exacto! Hacer otra fila, nosotros estábamos agotados y pasamos de ella.

Exhaustos y con las energías en cero, eran las 15.30 y salimos de nuestros hospedaje a las 8.30, era momento de otra pausa. Cerca de la Tower of London hay un Costa Cafe donde tomamos un café y repusimos un poco de energía para las últimas visitas.

16.20, nos relajamos demasiado y ahora tocaba correr, esquivando la avalancha de personas que marcha en dirección contraria a la nuestra, semáforos en rojo y rogando que cada giro que dábamos fuese el correcto llegamos a las 17.01, agotados y sin aliento.

Después de nuestra carrera, y a las puertas del teatro, nos informaron que básicamente el esfuerzo había sido en vano ya que las visitas con London Pass sólo pueden realizarse en los horarios de las 10.00, 11.00 y 12.00. Así que nada, otro chasco para la lista. Lo bueno que pudimos rescatar de esto fue el tiempo que ganamos para recuperar las energías invertidas en la carrera y el aliento que aún nos faltaba.

La última visita era a The View from The Shard, de esta si teníamos seguridad porque hay que hacer la reserva con antelación. Empezamos a acercarnos al edificio y en el camino paramos en un bar para disfrutar de la happy hour ✌️ Después de dos rondas, decidimos acercarnos un poco más y entre una cosa y otra terminamos llegando para hacer fila; y entre tantas cosas entramos a la hora que nos correspondía.

La visita se hace en el piso 72 😱 y las vistas son increíbles. Costó un poco fotografiar la ciudad ya que era de noche y las luces del interior reflejaban desde cualquier punto.

La única pega que le pondría es la gente. Cuando nos encontrábamos arriba había un cumpleaños; no hay espacios separados y estamos todos resueltos, así que era un poco incomodo entre los invitados al cumple, los turistas, los mesoneros e incluso algunos proveedores. Después de las fotos y recorrer los dos pisos de vistas, pa’ fuera.

Luego de un larguísimo día lleno de caminatas, filas, malos ratos y visitas no planeadas, dimos por finalizado nuestro día yendo al hospedaje, en un bus en el que luchábamos por no quedarnos dormidos 🙃

En resumen…

  • Hicimos muchas filas, al menos dos horas de nuestro día se fue ahí.
  • Caminamos muchísimo, no solo en desplazamientos.
  • Nos llevamos varios chascos.
  • Amortizamos lo que pagamos por el pase.
  • Pagar más de un día por el pase puede ser demasiado.

Pros del pase.

  • Se ahorra bastante en las visitas. Nosotros pagamos 72£ y las visitas fueron un total de 124,3£.

Contras del pase.

  • No evitas las colas, a todos y cada uno de los sitios que fuimos era una misma fila para todos.
  • El catálogo de actividades no es tan atractivo.
  • Lo que compras no es necesariamente lo que recibes.
  • Información incompleta, te dan información general y luego serás redirigida/o a la página oficial de cada lugar.
  • El pase es por día(s).

Consejos en caso de que decidas adquirir la London Pass.

  • Si tienes dudas, de cualquier índole, sobre alguno de los sitios contacta directamente con el lugar que deseas visitar.
  • El pase es por días, y teniendo en cuenta que muchos sitios cierran temprano, le sacarás más provecho si tu día empieza temprano. Ten en cuenta que si tu primera validación es a las 16.00 el pase igual caducará pasadas las 00:00.
  • Londres es gigantesco, organiza tus visitas en una misma área, así evitas grandes desplazamientos.
  • Deja suficiente margen entre una visita y otra, las filas te consumirán tiempo y puede alterar tu cronograma.

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