Cuando hablamos de Madrid uno de los qué hacer obligatorios es El Rastro. Un mercadillo que ocupa calles y calles de La Latina y donde se congregan miles de vendedores con sus tiendas desmontables.
Tiene su origen en torno al año 1.740, cuando en la actual Calle Ribera de los Curtidores se congregaban vecinos y comerciantes para la venta, compra y trapicheo de objetos de segunda mano. En cuanto a su nombre, tiene un origen un poco más turbio ya que, hace referencia al rastro que dejaban las reses sacrificadas y aún sin desollar al ser arrastradas desde el matadero hasta las curtidurías.
Pero, ¿Qué podemos conseguir en El Rastro de Madrid? Literalmente, de todo. Es el lugar perfecto para buscar un(os) souvenir(s) como recuerdo de nuestro viaje, ropa de segunda mano, accesorios como carteras, bolsos, correas y más y también un gran número de anticuarios y vendedores informales ofreciendo sus tesoros de antaño por un módico precio.

Con todos sus años, marcados de historia y tradición, este gigantesco mercadillo ha logrado convertirse en un símbolo de la región castiza y es que, entre los asistentes, no solo concurren turistas de todas partes del mundo (que de estos hay un montón) si no que también españoles; locales que convierten su mañana de domingo en una cacería de tesoros y, por qué no, de una buena oferta también.
El Barrio La Latina, que tampoco se queda atrás con su historia y que además resuma color y vida, alberga el Rastro todos los domingos y festivos de 09.00 a 15.00. Aunque a las 14.00 ya muchos comerciantes han guardado sus mercancías.
¿Y qué cosas debemos tener en cuanta al ir?
Primero que nada, la cantidad de gente que converge en él. Es usual subestimar las multitudes que se concentran en lugares tan turísticos, así que mi consejo en este caso es que NO lo hagas. Dependiendo de la hora a la que vayas serás empujada/o, aplastada/o, si vas con amigas/os te separarán de ellas/os y muchas otras cosas que, al final, evitarán que disfrutes tu paseo.
El mejor momento para ir es cuando están abriendo, entre las 9.00 y las 10.00, en este horario no solo habrá menos gente si no que podrás mirar con calma, saltando de un stand a otro sin tener que preocuparte de la avalancha de gente.
En cambio, una hora a evitar a toda costa es las 12.00, en lo personal creo que es el peor horario de todos. No hay más gente en las calles tan solo porque no dan abasto, muchos de los puestos no podrás visitarlos porque o están atiborrados o, al tratar de ir de un lado de la calle a otro, te arrastrará la multitud.
Esto no solo es una desventaja al momento de hacer nuestras compras, también nos complicará el día si dentro de nuestros planes está quedarnos a comer o tomar algo en la zona. Sitios como El Capricho Extremeño, popular por su variedad de tostadas, atraen gran cantidad de curiosos y hambrientos y las filas que se forman tienden a ser bastante largas. Incluso, los restaurantes y bares menos sonados, por llamarlos de alguna forma, empiezan a verse abarrotados a medida que se hace mediodía y, por tanto, la hora de la comida.
Si optas por realizar tu visita muy tempranito, una buena opción para hacer una pausa y recobrar energías es Skinazo-bar. Es un lugar curioso, con un espacio modesto para albergar a los clientes y, sin duda alguna, económico (tapas a un euro, únicamente los domingos).
Eso si, al visitar el Skinazo tenemos que ser conscientes de lo que se está pagando ya que recibiremos exactamente eso. Estamos hablando de tapas a 1€ en Madrid, una ciudad muy cosmopolita pero que, como cualquier capital, los precios tienden a ser altos. Además, esto es solo una parada, no un plan de tapeo. 😅

Cualquiera de los bares o restaurantes de los alrededores está bien para quedarte a comer o tomar algo, pero asegúrate de hacer una reservación o de lo contrario volverás famélica/o a tu casa, eso o quedarte esperando por una mesa en una fila de gente buscando lo mismo que tú.
¿Cómo saber dónde comer? Aunque no es un método infalible, en el maps puedes buscar la estación Tirso de Molina o La Latina y ver los lugares de alrededor, según sus valoraciones puedes animarte a reservar con ellos.
Si lo prefieres, puedes dejarme tu comentario sugiriéndome algún lugar donde comer, tomar algo o tan solo para visitar en esta zona de Madrid.

Dog Friendly
En el caso del Rastro creo que es parcialmente Dog Friendly. Muchos vendedores son muy amigables con los perros, les hacen mimos y hasta le ofrecen chuches, y al ser al aire libre no hay problema con nuestra mascota.
Pero, aunque es un espacio abierto y podemos movernos «libremente», hay que tener en cuenta que al concurrir tanta gente corremos el riesgo de que le pisen o se lastime. Además de agobiarse muchísimo por la poca libertad de movimiento y, en los días de verano, cuenta con muy poca sombra para poder resguardarse del sol.